Ni vergüenza ni remedio

La guerra ¿Civil? en Siria está poniendo de manifiesto - una vez más- el cinismo de Occidente.
De repente se rasgan las vestiduras porque han muerto 355 personas en un ataque con armas químicas, ( cuya autoría aún está por aclarar), mientras que desde el comienzo de las hostilidades han muerto unas 90.000 personas y hemos mirado para otro lado.
Es muy sospechoso que se produzca un ataque químico por parte del gobierno, precisamente ahora que parece que van controlando a los " rebeldes", (rebeldes, que en otro campo de batalla llamaríamos "Terroristas de Al Qaeda" y los machacaríamos con sofisticados drones). Parece como si "alguien" quisiera provocar la intervención del escandalizado Occidente en favor de los rebeldes, para defender los Derechos Humanos, que tanto nos preocupan,(y en agradecimiento quedarse con su gas y petróleo)
Occidente no es precisamente un ejemplo en esto de la guerra química. Los ingleses las utilizaron para someter a los levantiscos kurdos en Irak en el siglo XX con gran efectividad. No hace falta mencionar su uso bastante generalizado en la Gran Guerra o los bombardeos por parte de aviones españoles de los zocos en la Guerra del Rif con gas mostaza. Qué decir del famoso "Agente Naranja", un defoliante lanzado masivamente por esos seres de luz que son los estadounidenses en la guerra de Vietnam para evitar que el Vietkong se escondiese en la selva, acabar con sus cultivos y provocar una hambruna. Produjo una enorme cantidad de tumores, incluso entre los soldados norteamericanos y terribles malformaciones en los fetos hasta el día de hoy. Daños colaterales, se llaman
Es por tanto un enorme cinismo la actitud de EEUU y sus palmeros que ahora se sientan escandalizados y estén dispuestos a atacar, (dirigidos por un premio Nobel de la Paz...), al gobierno sirio para defender los derechos humanos en ese país que cuenta con unas reservas de petróleo de dos mil quinientos millones de barriles y otras de gas nada despreciables, a las que sólo se permite acceder a compañías sirias...
No tenemos vergüenza ni remedio