Y se empañaron de repente.
De camino a la calle del Doctor, de camino a la zona 0.
Los restos se encontraban entre las grietas de los adoquines.
Puntos amarillos desprendidos de las retinas.
Como pegatinas cayeron junto a esa riada.
No existió desbordamiento debido a los 40º; pero la sensación de "cerebro inundado" no se seca con el 'leve' aire acondicionado.
Tan largo el trayecto, tantas imágenes acentuadas en su maldad.
Borroso lo especial veo, sin motas no soy diferente.
Sin azul no soy yo, y sin verde no hay azul.
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