Creerse más especial de lo que uno es. ¿Dónde y como encontrar ese equilibrio? Seguridad y no confianza propia. Opuestos polos. Polos de limón.
Sin salirse de la cuerda, el funambulista apoya sus dedos con delicadeza; pensando que sí conseguirá llegar al otro extremo. Que volará sobre los azulejos, mientras ensaya sobre la línea del aseo.
Observar que lo que uno fue y lo que es sigue siendo lo mismo que ayer y hoy. Que el avance no fue más que una imaginación, un suspiro de desazón. Un desconcierto de su corazón latiendo por llegar. Por alcanzar la otra mitad, suya propia y no compartida. La que nos acompaña con una canción y una buena letra. La que nos cobija durante un escrito robado y lo publica solo tecleando. Esa parte que anhela alcanzar lo que aún no conoce de sí misma, que se engaña sin quererlo y estropea lo bello.
Por que la dificultad está en diferenciar si uno hace lo que cree hacer y no sosiega a la mitad del deber (de Inglés no, por favor)
¿Where is the love in this greedy World? ¿Where is the patience for the all impatient?
Quizá la especialidad de los especiales sea camuflarse y no dejarse ver ni en el reflejo de los mares. Como un aullido se oculta tras el tumulto de los búhos. Con esos ojos como platos, que no duermen, que están expectantes esperando que acontezca algo nocturnamente distinto.
Mirarse ahora y escuchar los recuerdos viéndolos atrás a lo lejos, como gritan como piden su rescate. Esos mismos que te hicieron ser lo que eres, lo que no sabes ser ni sabes como hacer para serlo.